MOLINO DE PÉREZ
El Molino de Pérez es una de las pocas construcciones civiles iniciadas a fines del S.XVIII que se conservan en Montevideo. Es parte del Parque Arq. Eugenio Baroffio.
En 1975, el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional, al igual que el parque en el que se encuentra.
Alrededor de 1780 se construyó la actual planta baja, presumiblemente por religiosos de la orden de los franciscanos, sobre una base de piedra sostenida por un mortero de cal y arena, pudiéndose apreciar actualmente en el lugar, la piedra y el ancho de los muros.
En 1827, fue arrendado al empresario y constituyente Juan María Pérez, de familia acaudalada y con mucha influencia en la época, por el Convento de San Bernardino de Montevideo, perteneciente a precisamente a dicha orden.
En 1934, vencido el contrato, no subsistiendo el Convento y habiendo pasado el bien al Estado, fue adquirido por Juan María Pérez, que amplió la construcción y la adaptó para molino de agua.
¿CÓMO FUNCIONA EL MOLINO?
El molino hidráulico, movido por la fuerza del arroyo posteriormente denominado como “del Molino”, comenzó a funcionar en 1840 como industria de molienda de trigo, proveniente de 40 cuadras cultivadas adyacentes propiedad de Pérez . Quien edificó la planta alta con paredes de ladrillo sobre los muros de piedra existentes y techo de tejas, y le adosó unas piezas para vivienda con techo plano, conocido como techo a la porteña, compuesto por vigas de madera cruzadas por alfajías clavadas, sobre las cuales se apoyan ladrillos. Además se puede apreciar que había pequeñas construcciones contiguas del lado este, cuentos como corrales para los animales, galpones, aljibe, etc., que no se conservaron.
También puede apreciarse el acceso lateral y la ausencia de canales de piedra. Las aberturas eran de aberturas de madera dura, con buenos herrajes y balcones con barandas de hierro.
Luego de morir Juan María Pérez en 1845, el molino fue gestionado por José Acossano y la actividad industrial se habría mantenido hasta 1895.
En ese año, las inundaciones provocadas por un fuerte temporal ocasionaron severos daños a las instalaciones. Posiblemente, el no restablecimiento de la actividad industrial de molienda en el lugar haya obedecido a que el uso de otras fuentes de energía, como la energía a vapor, tornará obsoleto el uso de un molino hidráulico.
Siempre de acuerdo con la información con que contamos, la familia Acossano continuó viviendo en el Molino, convirtiéndose en lavanderos, actividad ampliamente desarrollada en la zona. En esa época, el Molino fue visitado por importantes personalidades como Batlle y Ordóñez , Domingo Arena y el pintor Pedro Figari . Este último, según señalara su hija Delia años atrás en una entrevista, había entablado una relación de amistad con la familia Acossano, por lo que eran frecuentes sus visitas y estadías en el lugar.
En 1955, Horacio Arredondo , Presidente de la Sociedad “Amigos de la Arqueología” y Director del Museo Histórico Municipal propone la restauración del Molino y la adquisición de terrenos en el entorno para la creación de un parque criollo para –en sus palabras- “para matizar los parques montevideanos, todos exóticos”.
La restauración fue dispuesta por resolución del Consejo Departamental de Montevideo un año después, en mayo de 1956, encomendándose a Arredondo -quien tenía experiencia en recuperación de espacios patrimoniales como la Fortaleza de Santa Teresa, San Miguel y Fortaleza del Cerro-, la programación y supervisión de las obras. Se restauró la rueda y fue puesta en movimiento por el agua del arroyo, mediante la construcción de un sistema de canales de piedra.
El edificio era básicamente un galpón con sala de molienda y granero, seguramente con un entrepiso como se observa actualmente, salvo sobre la maquinaria. Contigua a la sala de máquinas había una gran pieza, donde muchos años después se construyeron la cocina y los baños que no existían en la construcción original. Esa pieza tenía originalmente acceso desde el exterior mediante una puerta, donde hoy existe una ventana, obedeciendo el cambio de abertura a la realización de los canales de piedra por parte de Arredondo.
En 1961, se inauguró en el Molino el Museo Figari, pero poco tiempo debido a que el salitre y la humedad afectaban las pinturas. Durante muchos años funcionó en el edificio la Biblioteca Municipal Herrera y Reissig. En 1999, se realizó una reforma a cargo de los arquitectos Miguel Azadan y William Rey, actual Director General de la Comisión de Patrimonio. Se acondicionaron una cocina y baños en la planta baja para funcionamiento de un restorán, se hizo el refuerzo de hierro en el entrepiso y se acondicionaron las otras salas en la planta alta, donde funcionó a partir de 2004, la Asociación de Pintores y Escultores del Uruguay (APEU). En 2009 se concedió su uso a la Cámara Nacional de Alimentación con el fin de crear un Museo y Centro Cultural de la Alimentación. El “Museo Vivo de la Alimentación” que se proponía realizar, no llegó a concretarse. En 2014, mediante un Presupuesto Participativo, se restauró la rueda, se recuperó su capacidad giratoria y se hizo la compuerta que permite que el agua del arroyo corra por el canal que mueve la rueda. El agua que rebosa por el vertedero, cae en un canal con compuertas que la dirigen a la gran rueda del molino o la dejan correr libremente hacia el mar. En caso de necesidad, otra compuerta libera el agua acumulada en el lago.
Modelos 3D
Gabriela Sanchez
ESTUDIANTE
Fiorella Rodríguez
ESTUDIANTE
Yamila Díaz
ESTUDIANTE
Sofía Poveda
ESTUDIANTE
Julieta Plada
ESTUDIANTE
Bibliografía/Webgrafía (imágenes empleadas):
Autor: Gaeta, Julio C; Folle, Eduardo; Alemán, Laura; Benevicius, Maia. Guía Elarqa De Arquitectura Carrasco Punta Gorda. Dos Puntos. https://ramblahistorica.wixsite.com/inicio/copia-de-colonia-de-vacaciones
https://zorrilla.com.uy/producto/juan-maria-perez/